El Sur de Italia llegó tras un largo
recorrido de visualizar otros destinos, pero no poder salir adelante por
ciertos motivos ajenos a las necesidades del IES, fiestas nacionales, etc.
La Plugia nos esperaba,
desconocida para nosotras, pero ya destino consolidado para nuestro alumnado a
través del equipo Erasmus.
Nuestros objetivos, conocer y
poder abrir vías de colaboración con nuevas entidades y consolidar los lazos
establecidos con las ya existentes, además de visitar a alumnos que habían
iniciado su aventura formativa y vital allí.
Bari nos llevó directas a Santeramo,
allí nos esperaban el director y nuestra alumna Erasmus en la entidad que nos
robó el corazón. Niños y niñas con discapacidad entrenaban y jugaban con otros
sin discapacidad en un modelo de integración total, jugamos al baskin o
baloncesto adaptado para sillas de ruedas, compartimos sus instalaciones, y
pudimos corroborar los grandes avances de la alumna en su proceso de formación
en el centro de trabajo, se había convertido en referente para las niñas y niños
que entrenaban y jugueteaban inquietos por la pista de baloncesto.
Nos quedamos con ganas de poder
participar en una jornada de “Especial Olimpics” que se desarrollaba al día
siguiente, pero teníamos otro destino...
El siguiente día Matera nos abrió
las puertas y el alma, ciudad patrimonio de la Unesco, increíble lugar para
abrir un convenio; Allí nos esperaba el representante de una entidad muy
especial, que descubriríamos, como no
podía ser de otra manera, con un plato de pasta italiana por medio, así nos adentramos en el proyecto de “Zio Ludovico”. Visitamos su
espacio y conocimos a sus colaboradoras una psicóloga y una maestra y tanto el
espacio físico como el proyecto en sí, nos cautivó. Se trata de una ludoteca
dirigida a niños, jóvenes y sus familias, también desarrollan sensibilización y
formación en centros educativos. Abrimos vías de colaboración para futuros Erasmus!!
Los pasos nos llevaron a conocer
dos escuelas infantiles una en Matera y otra cerca de Alberobello provincia de
Brindissi, una escuela Waldorf preciosa, aunque no pudimos conocer en
profundidad y estaba localizada muy lejos de centro urbano. Para cerrar, nada
como un aperitivo italiano en Alberobello!!
La experiencia compartida ha sido
un lujazo, ver al alumnado es muy satisfactorio, estar en contacto con las
entidades colaboradoras importante para
la estrategia de internacionalización del centro y abrir nuevas vías que suman esta enriquecedora red de Erasmus.
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