sábado, 10 de julio de 2021

3 profes en Islandia

3 PROFES EN ISLANDIA

Viajar significa volar, abrir la mente, expandir el alma, conocer gentes, sabores, lugares diversos y en nuestro caso no sólo eso sino sumergirnos en formas diferentes de hacer.


El trabajo previo de preparación del viaje formativo no fue fácil dado que coincidía nuestro plan de viaje, con fechas de inicio de vacaciones para ellos y algunas de las entidades con las que contactamos no podían recibirnos. Finalmente logramos cerrar las visitas formativas con varias Escuelas Infantiles y nuestro viaje empezó a tomar forma.  

La llegada fue algo accidentada a causa del pasaporte Covid de una de las profes y esto tan poco habitual de tener que quedarte atrapado en un aeropuerto internacional, pues nos sucedió.. Después de mil gestiones, llamadas, hablar con unos y otros, horas de confidencias, abrazos por la angustia y algún que otro sueñecito, logramos, gracias a la Embajada Española en Oslo (os recomendamos tener su  número a mano: +47 92247979), salir de allí… ¡¡Qué pesadilla!!

Nada más llegar al centro de la ciudad, el paisaje nos sobrecogió: la luz, los colores de las casitas, el olor a mar y el camino hacía el que sería nuestro pequeño refugio en esos días, un pequeño hostel  cuidado, sencillo y austero, como lo que caracteriza a todo el país. Y eso solo fue el comienzo de un viaje increíble.

  


¿Qué nos trajimos de Islandia? 

En nuestra aventura formativa visitamos escuelas  donde nos abrieron generosamente sus  puertas,  nos colamos en la cotidianidad de sus días, nos acogieron en sus rincones y fuimos testigo de sus miradas cálidas hacía la infancia.  

Finalmente pudimos firmar un acuerdo de colaboración con alguna de ellas. La idea de imaginar a nuestras alumnas y alumnos allí nos entusiasmó.


Ese entusiasmo iba creciendo cuanto más recorríamos el país, conocer sus cascadas infinitas, perdernos (literalmente) una y otra vez por la ciudad, ver cómo las miradas tan especiales de estas gentes nos traían memorias de otro tiempo… podíamos evocar esa fuerza vikinga que hemos visto en películas y libros y que nace allí.


El clima de Islandia no es fácil, nosotras fuimos en verano y nos compramos gorro y guantes. A pesar del fresco,  y de las dificultades con el islandés, una lengua tan distinta a la nuestra, el país regala tanto, que cualquier dificultad es pequeña al lado de lo que es vivir la experiencia: vivir el sol de medianoche, bañarse en esas aguas calientes al aire libre, navegar en sus lagunas glaciares, transitar por sus carreteras acompañadas por incontables volcanes, caballos salvajes…, o perderte en los sorprendentes colores del cielo de Islandia, de sus paisajes, de sus montañas… Su energía te contagia y, sin darte cuenta, te ves en un bosque, intentando encontrar alguno de sus minúsculos habitantes, gnomos, duendes…allí forman parte de su manera de entender el mundo.  


Nada en este país te deja indiferente y, aunque nuestro viaje fue corto y nos habrían hecho falta más días para poder conocerlo a fondo, fue una experiencia inolvidable y nos dejó con ganas de volver. 

Si Islandia es el destino de vuestro viaje solo esperamos que os deje una huella tan bonita como la que dejó en nosotras…

Ana Vázquez, Mar Crespo y Fátima Gamero


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