Erasmus ha sido una experiencia de crecimiento.
Es la primera vez que nos independizamos, lo que implicó: organizarse económicamente, hacer las compras, comidas, mantener un orden en la casa… Aprendes a autogobernarte.
Es importante esa distancia de la familia, estar fuera, en un entorno completamente ajeno y distinto para saber valerse por uno mismo. Es inevitable sentirse pequeño al salir en el bus. Dejas muchas cosas, pero a la vez ese riesgo implica una recompensa igual de grande. Crecer viene con el precio de dejar parte de ti atrás, pero me alegro de haber soltado el peso de quienes fuimos antes de Erasmus.
Aunque imperfectos, salimos siendo más responsables y conociéndonos mejor. Ahora queda sentir la nostalgia de donde estuvimos. Pero volveremos.
Obrigado por tudo Porto.
Alicia y Guillermo
(Estudiantes del CFGM Actividades Comerciales)
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